Éstas son algunas de las señales por las que debemos acudir al Veterinario:
- Cambios en su actividad y su relación con nosotros.
- Cambios de apetito y consumo de agua.
- Cambios en la eliminación de excrementos y orina.
- Pérdida o ganancia de peso.
- Cambios en la vocalización.
- Falta de acicalamiento o incremento.
- Mal aliento.
